Según lo publicado hace unos días por diversos medios, la Guardia Civil tendrá a su disposición sendas unidades General Atomics MQ-1 Predator y Schiebel Camcopter S-100 para llevar a cabo actividades de lucha contra la inmigración ilegal y el tráfico de armas y estupefacientes en el suroeste europeo.
En este sentido, hay que recordar que si bien España ya cuenta desde hace tiempo con antenas de vigilancia del SIVE (Servicio Integral de Vigilancia Exterior) desplegadas en el area del Estrecho de Gibraltar, éstas han venido siendo objeto de ataques constantes por parte de las mafias vinculadas al narcotráfico, que no han dudado en provocar incendios, cuando no intentos de desconexión o sabotajes en las instalaciones.
En la compra del Camcopter S-100 y el MQ-1 Predator ha tenido un papel importante la Unión Europea, que financia un proyecto denominado Closeye concebido para proteger y controlar la entrada al continente por el sur de la Península, y en el que también participan otros socios europeos como Portugal e Italia. La decisión de Bruselas de financiar ese proyecto y la incorporación de UAVs a la zona del Estrecho está claramente vinculada con la preocupación existente a nivel continental por el tráfico creciente de armas y de droga procedentes del norte de África y con destino a Europa.