Las repúblicas ex-soviéticas de Armenia y Azerbaijan, que ya libraron entre 1988 y 1994 una sangrienta guerra sobre el territorio disputado de Nagorno-Karabakh, mantienen desde entonces una suerte de guerra fría en la que los UAVs están cobrando mayor protagonismo.
De acuerdo con las noticias que se han ido filtrando en los últimos días a ciertos medios de comunicación, ambas repúblicas están utilizando UAVs para espiarse mutuamente y probar al mismo tiempo la efectividad de los sistemas de defensa aerea de su rival.
A tenor de las palabras de Richard Giragosian, director del Centro de Estudios Regionales de Yerevan, quien ha declarado que ambos bandos "estan deseando probar sus nuevos juguetes", y habida cuenta de que -como afirma un reciente informe del International Crisis Group- existe un "creciente riesgo de que tales incidentes desemboquen en una guerra abierta entre ambos", cabe preguntarse hasta qué punto podría ser éste el preludio de un conflicto de consecuencias imprevisibles. No quiero ser pesimista pero creo sinceramente que el panorama militar actual está ya tan tenso que puede pasar de todo: Cuando una cuerda se tensa, y la tensión sobre la cuerda no cesa, al final la cuerda se rompe. ¿Por donde se romperá en este conflicto? Ante esta pregunta sólo puedo responder que lo que va a pasar no lo sabe ni el que cree que lo sabe: Las guerras se sabe cómo empiezan, pero no se desarrollarán, ni mucho menos cómo y cuando van a terminar.